Haga clic sobre la bandera de la Tierra para encontrar este ensayo en El Nuevo Diario, 20 Septiembre 2014. |
Cuando era niño, me encantaba ir al circo. Una atracción eran los animales, los tigres, leones y elefantes. Recuerdo sentir el peligro cuando algún animal titubeaba entre obedecer y desafiar a su adiestrador, o peor, darle un zarpazo o comérselo vivo. Entendí que estos animales no eran domesticados, como son los perros, gatos y el ganado, pero mucho después comencé a pensar en lo que significa vivir en una jaula para un animal silvestre.
Los perros, gatos, vacas y algunos otros animales han vivido milenios con el ser humano, tanto que dependen de él para existir. Un perro realmente necesita del cuido de una persona para su bienestar, ya que no existe su tipo en los hábitats naturales, mientras lo opuesto existe para los animales más emblemáticos de un circo. Un tigre nunca va a ser una mascota, y no busca la compañía del ser humano cuando vive en su estado natural.
El tigre es un animal silvestre que amerita vivir y morir conforme a la evolución de su especie. Animales silvestres deben vivir y morir en el bosque, no en una jaula. Para estos animales, pasar su vida entera en una jaula es privarles de todo que se encuentra en su espíritu. Ningún tigre optaría por vivir en dependencia del ser humano, en una jaula, si sus puertas se encontraran abiertas alguna vez.
A todo niño le gustan los payasos, los malabares y la música del circo. Le gusta al niño que cada uno de nosotros lleva dentro. No se me había ocurrido que el circo podría ser divertido sin animales, hasta que en Europa tuve la oportunidad de ver al Cirque du Soleil. El circo entero era mágico. Ya grande, ese circo me llevó a sentir algunas emociones que me recordaban mi niñez. Pero no hubo animales en el espectáculo. No hubo tigre ni león ni elefante, tampoco ningún perro adiestrado. Ese circo me enamoró sin proclamar en pancartas: “Circo Libre de Animales”.
Recientemente Nicaragua comenzó a definir los derechos de los animales domesticados, a través de la Ley 747. El articulado establece que todo animal requiere un trato humanitario, hasta los destinados para ser alimento, como vacas y gallinas. El concepto del bienestar animal es nuevo para Nicaragua, pero va en marcha.
Dentro del reglamento de esta ley se estipularán algunas medidas necesarias para cuidar al perro casero, por ejemplo, como asegurar espacio, techo, alimentación, entre varios elementos necesarios para su bienestar. Pero, ¿cuáles elementos son necesarios para garantizar el bienestar de un tigre? Si un animal es por su naturaleza salvaje, ¿qué medidas son necesarias para asegurar que ese animal viva y muera como él lo amerita?
En Costa Rica, en México, han prohibido el uso de animales en los espectáculos. Nicaragua puede hacer lo mismo, y no solo quedarnos a criticar los circos instalados. Prácticamente ninguno de estos animales nació en cautiverio, y ninguno se quedaría con el que se declara su dueño si tuviera la oportunidad de escapar. Seguro volvería al bosque, a su libertad.